REVISTA LITERARIA

LOS GÉNEROS LITERARIOS

EPIGRAMAS
El señor don Juan de Robres,
con caridad sin igual,
hizo hacer este hospital...
y también hizo los pobres.
                                         (Juan de Iriarte, S.XVIII)


A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser
pequeño, dulce y punzante.
                             (Tomás de Iriarte, S.XVIII)

ELEGÍA

Elegía a Ramón Sijé - Miguel Hernández

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)


Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.


En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero

CANCIÓN TRADICIONAL

Endecha a Guillén Peraza
Llorad las damas, sí Dios os vala,
Guillén Peraza quedó en La Palma,
la flor marchita de la su cara.

No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.

Tus campos rompan tristes volcanes
no vean placeres, sino pesares,
cubran tus flores los arenales.

Guillén Peraza, Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo, dó está tu lanza?
Todo lo acaba la malandanza.

SÁTIRA

Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Erase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.
                                               Quevedo
EPÍSTOLA
Epístola a Boscán
  Señor Boscán, quien tanto gusto tiene
de daros cuenta de los pensamientos,
hasta las cosas que no tienen nombre,
no le podrá faltar con vos materia,
ni será menester buscar estilo
presto, distinto d’ornamento puro
tal cual a culta epístola conviene.
                                         Garcilaso de la Vega
ODA
Oda A la Vida Retirada de Fray Luis de León (S.XVI)
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.

El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

HIMNO
Himno Pange Lingua de Santo Tomás de Aquino (S.XIII, para celebrar la Eucaristía)
(traducción de José Manuel Zubicoa Bayón):
Pange lingua gloriosi
Corporis mysterium,
Sanguinisque pretiosi,
Quem in mundi pretium
Fructus ventris generosi,
Rex effudit gentium.
Nobis datus nobis natus
Ex intacta virgine,
Et in mundo conversatus,
Sparso verbi semine,
Sui moras incolatus
Miro clausit ordine.
In supreme nocte coenae
Recumbens cum fratribus,
Observata lege plena,
Cibis in legalibus,
Cibum turbae duodenae
Se dat suis manibus.
Verbum caro, panem verum
Verbo Carnem efficit:
Fitque Sanguis Christi merum
Etsi sensus deficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides sufficit.
Tantum ergo Sacramentum
Veneremur cernui:
Et antiquam documentum
Novo cedat ritui:
Praestet fides supplementum
Sensuum defectui.
Genitori, Genitoque
Laus et iubilatio,
Salus, honor, virtus quoque
Sit et benedictio:
Procedenti ab utroque
Compar sit laudatio.
Amen.


 Canta lengua el glorioso
misterio del Cuerpo,
y de la Sangre preciosa,
fruto de un vientre generoso,
precio del mundo derramado,
por el Rey de las naciones.
Para nos dado y nacido
de una purísima Virgen,
en el mundo convivió,
y tras sembrar su palabra,
de su convivencial estancia
cerró el admirable ciclo.
En la cena de la suprema noche
que comió con sus hermanos,
observada la ley plena,
tras los consumos rituales,
como alimento a los doce
se dio con sus propias manos.
El Verbo en carne, con su verbo
hizo realmente el pan su Carne,
y el vino Sangre de Cristo:
y aunque el sentido no alcanza,
para afirmarlo al sincero corazón
con la sola fe le basta.
A tan grande sacramento
veneremos genuflexos;
y el antiguo documento
al rito ceda del nuevo:
y dé la fe el suplemento
al sentido insuficiente.
A Engendrador y Engendrado
loores y cantos gozosos,
salutaciones, honores,
con méritos y bendiciones:
y al Procedente de ambos
comparables alabanzas.
Amén.


TRAGEDIA
Edipo Rey de Sófocles
Edipo es el rey mítico de Tebas, hijo de Layo y Yocasta, que mató, sin saberlo, a su propio padre y desposó a su madre.
Al nacer Edipo, el Oráculo de Delfos auguró a su padre, Layo, que aquel, al crecer, le daría muerte y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a un súbdito que matara a Edipo. Apiadado de él, en vez de matarlo, el súbdito lo abandonó en el monte Citerón, colgado de un árbol por los pies. Un pastor halló el bebé y lo entregó al rey Pólibo de Corinto. Peribea o Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados’ por haber estado colgado.
Al llegar a la adolescencia, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprende un viaje y en el camino hacia Tebas, Edipo encuentra a Layo en una encrucijada, discuten por la preferencia de paso y lo mata sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre. Más tarde Edipo encuentra a la esfinge, un monstruo que daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar su acertijo, atormentando al reino de Tebas. A la pregunta de cuál es el ser vivo que camina a cuatro patas al alba, con dos al mediodía y con tres al atardecer, Edipo responde correctamente que es el hombre. La esfinge, furiosa, se suicida lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas. Como premio, Edipo es nombrado rey y se casa con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre. Tendrá con ella cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona.
Al poco, una terrible plaga cae sobre la ciudad, ya que el asesino de Layo no ha pagado por su crimen y contamina con su presencia a toda la ciudad.
Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando. Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se da muerte, colgándose en el palacio. Horrorizado, Edipo se quita los ojos con los broches del vestido de Yocasta y abandona el trono de Tebas, escapando al exilio.


TIPOS DE VERSOS

VERSOS RIMADOS - VERSOS SUELTOS

Consuelo                    a    (verso rimado)
tu nombre me sabía         -     (verso suelto)
igual que un caramelo   a    (verso rimado)
Manuel Machado

VERSOS BLANCOS

Volverán las oscuras golondrinas                       11
En tu balcón sus nidos a colgar                          11
Y otra vez, con el ala en tus cristales,                11
Jugando llamarán.                                               7

Pero aquellas que el vuelo refrenaban               11
La hermosura y la dicha contemplar,                  11
Aquellas que aprendieron nuestros nombres,    11
Esas no volverán.                                                7

VERSOS LIBRES

Tu máscara azul                                            5
de infantil inocencia                                     7
tiene un reverso verde oscuro y áspero.      12
Enroscan tu lengua                                       6
la falsa acusación y la mentira;                  11
se suicida en tu boca un corazón de niño.  13
No amanece                                                 4
en tus ojos velados, fríos.                            9

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ


VERSÍCULOS

Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse
entre un rumor de girasoles y hélices.

Hay pétalos de rosa abandonados por el viento en los pasillos
de las clínicas.

Los escolares hunden sus plumillas entre uña y carne y oprimen
suavemente hasta que la sangre empieza a brotar.
Algunos aparecen muertos bajo los últimos pupitres.

Estaré enamorado hasta la muerte y temblarán mis manos al
coger tus manos y temblará mi voz cuando te acerques
y te miraré a los ojos como si llorara.

Los camareros conocen a estos clientes que piden una ficha
en la madrugada y hacen llamadas inútiles, cuelgan
luego, piden una ginebra, procuran sonreír, están pensando
en su vida. A estas horas la noche es un pájaro azul.

Empieza a hacer frío y las muchachas rubias se miran temblando
en los escaparates. Un chorrear de estrellas silencioso se
extingue.

Luces en un cristal espejeante copian el esplendor lóbrego de
la primavera, sus sombrías llamaradas azules, sus flores de
azufre y de cal viva, el grito de los ánades llamando desde
el país de los muertos.

Gimferrer, Pere (1945)
FIGURAS RETÓRICAS


LA EDAD MEDIA

LAS JARCHAS


CANTIGA DE AMIGO

-->
A dona que eu am' e tenho por senhor
amostrade-mh-a, Deus, se vos em prazer for,
se non dade-mh-a morte.

A que tenh'eu por lume d'estes olhos meus
e por que choran sempr' , amostrade-mh-a Deus,
se non dade-mh-a morte.

Essa que vós fezestes melhor parecer
de quantas sey, ay Deus!, fazede-mh-a veer,
se non dade-mh-a morte.

Ai, Deus! qui mh-a fezestes mays ca mim amar,
mostrade-mh-a u possa com ela falar,
se nom dade-mi-a morte.

La mujer que yo amo y tengo por señora
Mostrádmela, Dios, hacedme el favor,
Si no dadme la muerte.

La que tengo por luz de estos ojos míos
Y por la que lloran siempre, mostrádmela, Dios,
Si no dádme la muerte.


Esa que vos hiciste mejor parecer
De cuantas hay, ay Dios, hacédmela ver,
Si no dadme la muerte.

Ay Dios, que me hiciste amarla más que a mí,
mostrádmela y que pueda con ella hablar,
Si no dádme la muerte


                                                Bernardo de Bonaval (Trovador gallego s. XIII)

CANTIGA DE ESCARNIO

Traducción
--> Como en el mundo disminuyó la verdad,
un día intenté ir a buscarla;
y, donde por ella fui preguntando,
todos me decían: “Buscadla en otra parte,
pues de tal modo se perdió
que no podemos tener noticias de ella
ni está ya en la vecindad”.

En los monasterios de los frailes regulares
pregunté por ella y me dijeron así:
“No busquéis vos la verdad aquí,
ya que hemos pasado muchos años
y no vive con nosotros, eso es seguro,
no sabemos donde está ahora
y nos preocupan más otras cosas”.

Y en el Císter, donde la verdad solía
siempre habitar, me dijeron que no
vivía allí desde hacía mucho tiempo,
ningún fraile de allá la conocía
y el abad ni siquiera consentía
que parase en los albergues de paso
y está ya fuera de la abadía.

En Santiago, estando alojado
en mi posada, llegaron peregrinos.
Les pregunté y me dijeron: “Por Dios,
muy equivocado lleváis el camino,
pues, si quisiereis hallar la verdad,
conviene buscar otro camino,
ya que aquí no saben nada de ella”.


                                        Airas Núñez (Clérigo y trovador gallego, s. XIII)
 
--> María Pérez, nuestra cruzada,
cuando regresó de Ultramar,
vino tan cargada de indulgencias
que no podía flotar, pero le robaron
en todos los sitios donde estuvo
y no le quedó ninguna de las indulgencias.
 
Y las indulgencias son cosas muy apreciadas.
que deben guardarse muy bien;
pero ella no tiene cofre con cerradura
para guardarlas, ni lo puede tener,
ya que, como el candado se perdió,
siempre tiene el cofre abierto.

¿Cómo puede guardarse ese cofre,
habiendo mozos en el lugar,
sin que lo registren a todas horas?
Pues en el sitio en que ellos tienen poder
no hay indulgencia que se pueda esconder,
¡así lo registran todo!

Y otra cosa os quiero decir:
esas indulgencias debían perderse,
puesto que fueron muy mal ganadas.

                                                             Pero da Ponte


¡Ha muerto Don Martín Marcos!
¡Ay, Dios, si será verdad!
Sé que si él ha muerto, habrá muerto la torpeza,
habrá muerto la estupidez
y estará muerta la necedad,
habrá muerto la cobardía
y estará muerta la maldad.

Si Don Martín ha muerto, sin mérito y sin bondad,
desde hoy, malas costumbres, buscad otro señor;
pero no lo encontraréis
desde Roma hasta esta ciudad.
Si queréis un señor así,
buscadlo en otra parte.

Pero un caballero conozco, por caridad,
que os ayudaría a olvidarlo.
Os diré la verdad,
no es este rey ni conde,
sino que tiene otro título,
que no diré,
que diré,
que no diré…

                                                 Pero da Ponte




                          AUTO DE LOS REYES MAGOS (s. XII. Anónimo)

[Escena I]

[CASPAR]
 [Solo.] 
¡Dios criador, cuál maravila,
no sé cuál es aquesta strela!
Agora primas la he veída;
poco tiempo ha que es nacida.
¿Nacido es el Criador 5
que es de la[s] gentes Senior?
Non es verdad, no sé qué digo;
todo esto non vale un figo.
Otra nocte me lo cataré,
si es verdad bine lo sabré.10
 
[Pausa.]
 
¿Bine es verdad lo que yo digo?
En todo, en todo lo prohío.
¿Non pudet seer otra sennal?
Aquesto es i non es ál;
nacido es Dios, por ver, de fembra15
in aquest mes de december.
Alá iré; ó que fure, aoralo he;
por Dios de todos lo terné.

[BALTHASAR]
 [Solo.] 
Esta strela non sé dónd vinet,
quín la trae o quín la tine.
                                               ...
Auto de los Reyes Magos


                      LA DANZA GENERAL DE LA MUERTE (s. XIV)

DICE LA MUERTE: 
 Yo soy la muerte cierta a todas criaturas 
 que son y serán en el mundo durante.  
Demando y digo: O hombre, ¿por qué curas 
 de vida tan breve en punto pasante?

 pues no hay tan fuerte ni recio gigante
 que deste mi arco se puede amparar,
 conviene que mueras cuando lo tirar  
con esta mi flecha cruel traspasante.  

¿Qué locuras es ésta tan magnifiesta
 que piensas tú, hombre, que el otro morirá
 y tú quedarás por ser bien compuesta 
 la tu complexión y que durará? ...


Danza de la Muerte


LOS CANTARES DE GESTA
EL CANTAR DE MIO CID

Primera parte: Cantar del destierro
En las primeras páginas de este largo poema se cuenta el destierro del héroe castellano:

Aunque de grado lo harían, a convidarlo no osaban.
El Rey don Alfonso, saben, ¡le tenía tan gran saña!
Antes que fuese la noche en Burgos entró su carta,
con gran sigilo y fuertemente sellada,
con orden de que al Cid nadie le diese posada,
y aquel que a tal se atreviese, supiese, por su palabra,
que perdería lo suyo y aun los ojos de la cara,
y además de cuanto digo, con la muerte amenazaba.
Gran dolor el que sentían aquellas gentes cristianas.
Y escóndense así del Cid, sin osar decirle nada.
Viéndolo el Campeador se dirigió a su posada,
y en cuanto llegó a la puerta se la encontró bien cerrada;
mandatos del rey Alfonso pusieron miedo en la casa,
y si la puerta no rompe no se la abrirán por nada.
Allí las gentes del Cid con voces muy altas llaman.
Los de dentro, que las oyen, no respondían palabra.
Aguijó el Cid su caballo y a la puerta se llegaba;
del estribo sacó el pie, y con fuerte golpe llama.
No se abre la puerta, no, pues estaba bien cerrada.
Una niña de nueve años a sus ojos se paraba:
¡Campeador, que en buen hora os ciñeron vuestra espada!
Esto el Rey nos lo prohíbe, ayer de él llegó su carta
en gran sigilo y fuertemente sellada.
No podemos atrevernos a que entréis en la posada.
Si no es así perderemos todo lo que hay en la casa,
y además de lo que digo, los ojos de nuestras caras.
Ya veis, Cid, que en nuestro mal no habéis vos de ganar nada;
dejadnos, y Dios os valga con toda su gracia santa.
Esto la niña dijo y se entró para la casa.
                                                                                            (Texto adaptado)

Segunda parte: Cantar de las bodas
Hemos empezado con el Cid saliendo a su destierro y no queremos dejarte con esa imagen.
Debes saber que aunque en la historia que nos relata este Poema el comienzo fue duro para el protagonista, luego inició una carrera triunfal de conquistas y victorias que le llevaron a la ciudad
de Valencia. A este momento pertenece el episodio que podrás leer en el siguiente fragmento:

Episodio del león
En Valencia con los suyos vivía el Campeador;
con él estaban sus yernos los Infantes de Carrión.
Un día que el Cid dormía en su escaño, sin temor,
un mal sobresaltó entonces, sabed, les aconteció:
Escapóse de una jaula, saliendo afuera, un león.
Los que estaban en la Corte sintieron un gran temor;
recogiéronse sus mantos los del buen Campeador,
y rodean el escaño en guarda de su señor.
Allí Fernando González, un Infante de Carrión,
ni en las salas ni en la torre ningún refugio encontró;
metióse bajo el escaño, tan grande fue su pavor.
Diego González, el otro, por la puerta se salió
diciendo con grandes gritos: -¡Ay, que no veré Carrión!
Tras la viga de un lagar metióse con gran temor;
todo el manto y el brial sucios de allí los sacó.
En esto que se despierta el que en buen hora nació;
de sus mejores guerreros cercado el escaño vio:
-¿Qué pasa aquí, mis mesnadas? Qué queréis? ¿Qué aconteció?
-Es que, mi señor honrado, un susto nos dio el león.
Con ademán mesurado, en pie el Cid se levantó.
El manto se pone al cuello y encaminóse al león.
La fiera, cuando vio al Cid, al punto se avergonzó;
allí bajó la cabeza, y ante él su faz humilló.
Nuestro Cid Rodrigo Díaz por el cuello lo tomó,
y lo lleva de la mano, y en la jaula lo metió.
A maravilla lo tiene todo el que lo contempló.
Volviéronse hacia la sala donde tienen la reunión.
Por sus dos yernos Rodrigo preguntó y no los halló;
aunque a gritos los llamaban, ni uno ni otro respondió,
y cuando los encontraron los hallaron sin color.
No viéseis allí qué burlas hubo en aquella ocasión;
mandó que tal no se hiciese nuestro Cid Campeador.
Sintiéronse avergonzados los Infantes de Carrión;
fiera deshonra les pesa de lo que les ocurrió.
(Texto adaptado)
 
EL ROMANCERO

Los romances tienen una temática muy variada, y en general resultan muy entretenidos y fáciles de leer. Aquí tienes un ejemplo, El Romance del Conde Olinos, en el que se cuenta una desgraciada historia de amor:
Romance Del Conde Olinos

Madrugaba el conde Olinos
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar;
las aves que iban volando
se paraban a escuchar:
Bebe, mi caballo, bebe,
Dios te me libre del mal:
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
Desde las torres más altas
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirena de la mar.
-No es la sirenita, madre,
que ésa tiene otro cantar;
que es la voz del conde Olinos
que por mí penando está.
-Si es la voz del conde Olinos,
yo le mandaré matar,
que para casar contigo,
le falta sangre real.
No le mande matar, madre
No lo mande usted matar,
Que si mata al conde Olinos
A mí la muerte me da.
Guardias mandaba la reina
al conde Olinos buscar:
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina, con gran pena,
no cesaba de llorar;
él murió a la medianoche
y ella a los gallos cantar.
ROMANCES HISTÓRICOS
La venganza de Mudarra                               

A cazar va don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara:
con la grande siesta que hace
arrimádose ha a una haya,
maldiciendo a Mudarrillo,
 hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese,
 que le sacaría el alma.
El señor estando en esto,
Mudarrillo que asomaba.
—Dios te salve, caballero,
debajo la verde haya.
—Así haga a ti, escudero,
buena sea tu llegada.                              
—Dígasme tú, el caballero,
¿cómo era la tu gracia?
—A mí dicen don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo Gustos,
hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube
los siete infantes de Salas;
espero aquí a Mudarrillo,
 hijo de la renegada;
si delante lo tuviese,
yo le sacaría el alma.
—Si a ti te dicen don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara,
a mí Mudarra González,
hijo de la renegada;
de Gonzalo Gustos hijo
y anado de doña Sancha;
por hermanos me los hube
 los siete infantes de Salas.
—Tú los vendiste, traidor,
en el val de Arabiana,
mas si Dios a mí me ayuda,
aquí dejarás el alma.
—Espéresme, don Gonzalo,
iré a tomar las mis armas.
—El espera que tú diste
a los infantes de Lara,
aquí morirás, traidor,
enemigo de doña Sancha.
-->
ROMANCES FRONTERIZOS
Romance de Abenámar
¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida;
moro que en tal signo nace,
no debe decir mentira.»
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que decía:
Yo te la diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía:
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto pregunta, rey,
que la verdad te diría.
Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!»
El Alhambra era, señor,
y la otra la mezquita;
los otros los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día
y el día que no los labra
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,
castillo de gran valía.»
Allí habló el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría;
darete en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.»
Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.»
ROMANCES LÍRICOS
Romance del prisionero
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
dele Dios mal galardón.


Romance de Fontefrida
Fontefrida, Fontefrida
Fontefrida y con amor,
do todas las avecicas
van tomar consolación,
sino es la tortolica,
que está viuda y con dolor.
Por ahí fuera a pasar
el traidor del ruiseñor;
las palabras que le dice
llenas son de traición:
«Si tú quisieses, señora,
yo sería tu servidor.»
«Vete de ahí, enemigo,
malo, falso, engañador,
que ni poso en ramo verde
ni en ramo que tenga flor,
que si el agua hallo clara
turbia la bebiera yo;
que no quiero haber marido
porque hijos no haya, no;
no quiero placer con ellos
ni menos consolación.
¡Déjame triste, enemigo,
malo, falso, mal traidor;
que no quiero ser tu amiga
ni casar contigo, no!»


        Yo me levantara, madre,                
        mañanica de San Juan,           
        vide estar una doncella                 
        ribericas de la mar.            
        Sola lava y sola tuerce,         
        sola tiende en un rosal;                
        mientras los paños se enjugan           
        dice la niña un cantar:                 
        -¿Dó los mis amores, dó los,            
        ¿dó los andaré a buscar?         
        Mar abajo, mar arriba,          
        diciendo iba el cantar,                 
        peine de oro en las sus manos           
        por sus cabellos peinar:                
        -Dígasme tú, el marinero,               
        sí, Dios te guarde de mal,              
        si los viste mis amores,                
        si los viste allá pasar.


ROMANCES NOVELESCOS
Romance de la infantina
        A cazar va el caballero,                
        a cazar como solía,             
        los perros lleva cansados,              
        el halcón perdido había;                
        arrimárase a un roble,   
        alto es a maravilla,            
        en una rama más alta,           
        vido estar una infantina,               
        cabellos de su cabeza           
        todo el roble cubrían.   
        -Note espantes, caballero,              
        ni tengas tamaña grima.                 
        Fija soy yo del buen rey                
        y de la reina de Castilla,              
        siete fadas me fadaron   
        en brazos de una ama mía,               
        que andase los siete años               
        sola en esta montiña.           
        Hoy se cumplían los siete años,                 
        o mañana en aquel día;   
        por Dios te ruego, caballero,           
        llévesme en tu compañía,                
        si quisieres, por mujer,                
        si no, sea por amiga.           
        -Esperaisme vos, señora,         
        hasta mañana, aquel día,                
        iré yo tomar consejo            
        de una madre que tenía.                 
        La niña le respondiera          
        y estas palabras decía:          
        -¡Oh, mal haya el caballero             
        que sola deja la niña!          
        Él se va a tomar consejo,               
        y ella queda en la montiña.             
        Aconsejole su madre      
        que la tomase por amiga.                
        Cuando volvió el caballero              
        no la hallara en la montiña:            
        vídola que la llevaban          
        con muy gran caballería.         
        El caballero, desque la vido,           
        en el suelo se caía;            
        desque en sí hubo tornado,              
        estas palabras decía:           
        -Caballero que tal pierde,       
        muy grande pena merecía:                
        yo mismo seré el alcalde,               
        yo me seré la justicia:                 
        que me corten pies y manos              
        y me arrastren por la villa.       
 
 
 MÁS EJEMPLOS DE ROMANCES (del Romancero Viejo)
(En esta página se funden los romances líricos con los novelescos, pueden tratarse como lírico-novelescos)
http://es.wikisource.org/wiki/El_romancero_viejo#Romances_hist.C3.B3ricos_varios




EL MESTER DE CLERECÍA

GONZALO DE BERCEO




Amigos y vasallos de Dios omnipotente,
si escucharme quisierais de grado atentamente
yo os querría contar un suceso excelente:
al cabo lo veréis tal, verdaderamente.

yo, el maestro Gonzalo de Berceo hoy llamado,
yendo en romería acaecí en un prado
verde, y bien sencillo, de flores bien poblado,
lugar apetecible para el hombre cansado.

Daban color soberbio las flores bien olientes,
refrescaban al par las caras y las mentes;
manaban cada canto fuentes claras, corrientes,
en verano bien frías, en invierno calientes.

Gran abundancia había de buenas arboledas,
higueras y granados, perales, manzanedas,
y muchas otras frutas de diversas monedas,
pero no las había ni podridas ni acedas.
.........

A la sombra yaciendo perdí todos cuidados,
y oí sones de aves dulces y modulados:
nunca oyó ningún hombre órganos más templados
ni que formar pudiesen sones más acordados.

.........................................................................
El prado que yo os digo tenía otra bondad:
por calor ni por frío perdía su beldad,
estaba siempre verde toda su integridad,
no ajaba su verdura ninguna tempestad.

Los hombres y las aves cuantas allí acaecían
llevaban de las flores cuantas llevar querían,
mas de ellas en el prado ninguna mengua hacían:
por una que llevaban, tres o cuatro nacían.

Igual al paraíso me parece que este prado,
por Dios con tanta gracia y bendición sembrado:
el que creó tal cosa fue maestro avisado;
no perderá su vida quien haya allí morado.

Amigos y señores: lo que dicho tenemos
es oscura palabra: exponerla queremos.
Quitemos la corteza, en el meollo entramos,
tomemos lo de dentro, los de fuera dejemos.

En esta romería tenemos un buen prado
en que encuentra refugio el romero cansado:
es la Virgen Gloriosa, madre del buen criado
del cual otro ninguno igual no fue encontrado.
.........

Las cuatro fuentes claras que del prado manaban
nuestros cuatro evangelios eso significaban:
que los evangelistas, los que los redactaban,
cuando los escribían con la Virgen hablaban.
...............
La sombra de los árboles, buena, dulce y sanía,
donde encuentra refugio toda la romería,
muestra las oraciones que hace Santa María,
que por los pecadores ruega noche y día.


Los árboles que hacen sombra dulce y donosa
son los santos milagros que hace la Gloriosa,
que son mucho más dulce que la azúcar sabrosa,
la que dan al enfermo en la cuita rabiosa.

Y las aves que organan entre esos frutales,
que tienen dulces voces, dicen cantos leales,
esos son Agustín, Gregorio y otros tales,
todos los que escribieron de sus hechos reales.

........................

Amigos y señores, en vano, contendemos,
estamos en gran pozo, fondo no encontraremos:
más serían los nombres que de ella leemos
que las flores del campo mayor que conocemos.

Ya dijimos arriba que eran los frutales
en los que nacían las aves los cantos generales
sus milagros muy santos, grandes y principales,
los cuales organamos en las fiestas caudales.
......................

Quiérome en estos árboles un ratito subir
-es decir, quiero algunos milagros escribir-.
La Gloriosa me guíe que lo pueda cumplir,
que sólo no podría bien airoso salir.

Tendré por un milagro más que hace la Gloriosa
el que quiera guiarme a mí en esta cosa:
Madre llena de gracia, Reina poderosa,
guíame Tú en esto, Tú que eres piadosa.

Por España quisiera en seguida empezar,
por Toledo la grande, afamado lugar:
que no sé por qué extremo comenzaré a contar,
porque son más que arenas a la orillas del mar.




 MILAGRO II: El sacristán fornicario

Un monje bendito en un monasterio vivía,
el lugar no lo leo, decir no lo sabría,
quería de corazón bien a Santa María, 

él se inclinaba frente a su estatua cada día.

se inclinaba ante su estatua cada día ,
hincaba las rodillas, decía: «Ave María»;
el abad de la casa le dio la sacristía,
lo tenía por cuerdo locura no tenía.

El enemigo malo, de Belcebú vicario,
que siempre fue de los buenos contrario,
tanto pudo bullir el sutil adversario
que corrompió al monje, lo hizo fornicario.

Tenía una costumbre mala el loco pecador,
de noche, cuando se había ido el prior,
iba por la iglesia fuera del dormitorio
corrió el torpe a la mala labor.

Siquiera a la salida, siquiera a la entrada,
delante del altar cada vez que pasaba;
se inclinaba y el Ave María le rezaba,
no se le olvidaba en ninguna velada.

Pasaba un río bueno en la monjía (monasterio),
lo tenía que pasar el monje cada día;
donde iba el loco y su locura cumplía,
cayó y se ahogó fuera de la frailería (monasterio).

Cuando vino la hora de maitines cantar,
no había sacristán que pudiese sonar:
levantáronse todos, cada uno de su lugar;
fueron a la iglesia al fraile despertar.

Abrieron la iglesia como mejor supieron,
buscaron al llavero, encontrar no lo pudieron;
buscando arriba y abajo tanto anduvieron,
donde yacía ahogado, allá lo hirieron.

Qué podría ser esto no lo podían pensar,
si el murió o lo mataron no lo sabían juzgar;
era muy grande el malestar y mayor el pesar,
que tuvo mala fama por esto el lugar.

Mientras yacía en vano el cuerpo en el río,
digamos que su alma en un pleito se vio:
vinieron los diablos por ella gran gentío,
por llevarla al infierno, de deleite bien vacío.

Mientras que los diablos la traen con pena,
viéronla los ángeles, descendieron a ella,
hicieron los diablos luego muy gran querella,
que suya era el alma, que se alejasen de ella.

No vieron los ángeles razón de vocearla,
que tuvo un fin malo y así sin falla;
tirar de él no pudieron pesaba una agalla,
tuvieron que partirse tristes de la batalla.

Acudió la Gloriosa, reina general,
que tenía en mente que los diablos eran el mal;
mandoles atender, no quisieron hacer tal,
se lo dijo con cortesía firme y muy cabal.

Pronunció la Gloriosa palabra acertada,
«Con esta alma, locos, -dijo- no tenéis nada;
mientras estuvo en su cuerpo fue mi aliada,
ahora se encuentra mal y va desamparada.»

Por la otra parte respondió el vocero (portavoz),
un sabio diablo, sutil y muy puntero (preciso):
«Madre eres, seguro, un juez derechero (justo),
que no le gusta la fuerza ni es placentero.

Escrito es que el hombre allí donde ha fallado
o en bien o en mal, por ello es juzgado:
si este tal decreto por ti fuese falseado,
el pleito del Evangelio todo será acabado.»

«Hablas -dijo la Gloriosa- como persona necia,
no te reto, porque eres una bestia;
cuando salió de casa, me pidió licencia,
por el pecado que hizo le pondré penitencia.

Utilizar Vos la fuerza no sería prudencia;
mas apelo a Cristo, a su audiencia,
el que es poderoso, lleno de inteligencia,
de su boca quiero oír esta sentencia.»

El Rey de los Cielos, el juez sabidor,
acabó con la contienda, fue lo mejor:
mandó que el alma volviese al cuerpo, el Señor,
después el que lo mereciese, recibirá tal honor.

Estaba el convento triste y desamparado,
por el mal ejemplo que les había llegado;
resucitó el fraile que era ya finado,
espantáronse todos porque fue resucitado.

Les habló el buen hombre, les dijo: «Compañeros,
muerto fui y estoy vivo, de esto sed bien certeros,
¡Doy gracias a la Gloriosa que salva a sus obreros,
que me libró de las manos de los malos guerreros!»
Les contó por su lengua toda la letanía,
lo que decían los diablos y Santa María;
cómo le quitó al mal el poder que tenía,
si no interviene ella, sería un negro día.

Dieron a Dios gracias de buena voluntad,
a la santa reína, madre de piedad,
que hizo tal milagro por su bondad,
así está más fuerte toda la cristiandad.
Se confesó el monje e hizo penitencia,
sirvió a la Gloriosa mientras tuvo potencia,
murió cuando Dios quiso sin mala conciencia,
descanse en paz con la divina clemencia.

Muchos milagros como este incluso mejorados
hizo Santa María a sus fieles amados;
no serán ni la milésima parte contados,
pero con los que sabemos, sed bien pagados.



JUAN RUIZ, EL ARCIPRESTE DE HITA




PRÓLOGO
...........
"Y Dios sabe que mi intención no fue hacer por dar ocasión de pecar ni por mal hablar; sino que fue por traer a toda persona a memoria buena de bien obrar, y dar ejemplo de buenas costumbres, y consejos de salvación, y para que todos sean apercibidos y se puedan mejor guardar de tantas maestrías como algunos usan para el loco amor [el amor mundano].
...............

 "Sin embargo, como es humana cosa el pecar, si algunos -lo que no les aconsejo- quisieran usar del loco amor, aquí hallarán algunas maneras para ello."




DE COMO, POR NATURALEZA, HUMANOS Y ANIMALES DESEAN LA COMPAÑÍA DEL SEXO CONTRARIO

Aristóteles dijo, y es cosa verdadera,
que el hombre por dos cosas trabaja: la primera,
por el sustentamiento, y la segunda era
por conseguir unión con hembra placentera.
Si lo dijera yo, se podría tachar,
mas lo dice un filósofo, no se me ha de culpar.
De lo que dice el sabio no debemos dudar,
pues con hechos se prueba su sabio razonar.
Que dice verdad el sabio claramente se prueba;
hombre, aves y bestias, todo animal de cueva
desea, por natura, siempre compaña nueva
y mucho más el hombre que otro ser que se mueva.
Digo que más el hombre, pues otras criaturas
tan sólo en una época se juntan, por natura;
el hombre, en todo tiempo, sin seso y sin mesura,
siempre que quiere y puede hacer esa locura.
Prefiere el fuego estar guardado entre ceniza,
pues antes se consume cuanto más se le atiza;
el hombre, cuando peca, bien ve que se desliza,
mas por naturaleza en el mal profundiza.
Yo, como soy humano y, por tal, pecador,
sentí por las mujeres, a veces, gran amor.
Que probemos las cosas no siempre es lo peor;
el bien y el mal sabed y escoged lo mejor.

El poder del DINERO en el Libro de Buen Amor
Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de respetar,
hace correr al cojo, al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.

Aun el hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dineros no es de sí señor.

Si tuvieres dinero tendrás consolación,
placeres y alegrías y del Papa ración,
ganarás Paraíso, ganarás salvación:
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.

Yo vi en corte de Roma, do está la Santidad,
que todos al dinero tratan con humildad,
con grandes reverencias, con gran solemnidad;
todos a él se humillan como a la Majestad.

Creaba los priores, los obispos, abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades;
a los clérigos necios dábales dignidades,
de verdad hace mentiras; de mentiras, verdades.

Hacía muchos clérigos y muchos ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les daba por bien examinados:
a los pobres decían que no eran ilustrados.

Ganaba los juicios, daba mala sentencia,
es del mal abogado segura mantenencia,
con tener malos pleitos y hacer mala avenencia:
al fin, con los dineros se borra penitencia.

El dinero quebranta las prisiones dañosas,
rompe cepos y grillos, cadenas peligrosas;
al que no da dinero le ponen las esposas.
¡Hace por todo el mundo cosas maravillosas!

He visto maravillas donde mucho se usaba:
al condenado a muerte la vida le otorgaba,
a otros inocentes, muy luego los mataba;
muchas almas perdía, muchas almas salvaba.

Hace perder al pobre su cabaña y su viña,
sus muebles y raíces, todo lo desaliña;
por todo el mundo anda su sarna. y su tiña;
donde el dinero juega allí el ojo guiña.

El hace caballeros de necios aldeanos,
condes y ricos hombres de unos cuantos villanos,
con el dinero andan los hombres muy lozanos,
cuantos hay en el mundo le besan hoy las manos.

Vi que tiene el dinero las mayores moradas,
altas y muy costosas, hermosas y pintadas;
castillos, heredades y villas torreadas
al dinero servían, por él eran compradas.

Comía los manjares de diversas naturas,
vestía nobles paños, doradas vestiduras,
muchas joyas preciosas, bagatelas y holguras,
ornamentos extraños, nobles cabalgaduras.

Yo he visto a muchos monjes en sus predicaciones
denostar al dinero y a las sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.

Aunque siempre lo insultan los monjes por las plazas,
guárdanlo en el convento, en vasijas y en tazas,
tapan con el dinero agujeros, hilazas;
más escondrijos tienen que tordos y picazas.

Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir,
mas si huelen que el rico está para morir
y oyen que su dinero empieza a retiñir,
por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.

Clérigos, monjes, frailes no toman los dineros,
pero guiñan el ojo hacia los herederos
y aceptan donativos sus hombres despenseros;
mas si se dicen pobres, ¿para qué tesoreros?

Allí están esperando el más rico madero;
al que aún vive recitan responsos, ¡mal agüero!
Cual los cuervos al asno le desuellan el cuero:
­-Cras, cras, le llevaremos, que ya es nuestro por fuero!

Toda mujer del mundo, aunque dama de alteza,
págase del dinero y de mucha riqueza,
nunca he visto una hermosa que quisiera pobreza:
donde hay mucho dinero allí está la nobleza.

El dinero es alcalde y juez muy alabado,
es muy buen consejero y sutil abogado,
alguacil y merino, enérgico, esforzado;
de todos los oficios es gran apoderado.

En resumen lo digo, entiéndelo mejor:
el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor;
toda cosa del siglo se hace por su amor.

LA PROSA MEDIEVAL

DON JUAN MANUEL 



Ejemplo VII

Lo que sucedió a una mujer que se llamaba doña Truhana
Otra vez estaba hablando el Conde Lucanor con Patronio de esta manera:
-Patronio, un hombre me ha propuesto una cosa y también me ha dicho la forma de conseguirla. Os aseguro que tiene tantas ventajas que, si con la ayuda de Dios pudiera salir bien, me sería de gran utilidad y provecho, pues los beneficios se ligan unos con otros, de tal forma que al final serán muy grandes.
Y entonces le contó a Patronio cuanto él sabía. Al oírlo Patronio, contestó al conde:
-Señor Conde Lucanor, siempre oí decir que el prudente se atiene a las realidades y desdeña las fantasías, pues muchas veces a quienes viven de ellas les suele ocurrir lo que a doña Truhana.
El conde le preguntó lo que le había pasado a esta.
-Señor conde -dijo Patronio-, había una mujer que se llamaba doña Truhana, que era más pobre que rica, la cual, yendo un día al mercado, llevaba una olla de miel en la cabeza. Mientras iba por el camino, empezó a pensar que vendería la miel y que, con lo que le diesen, compraría una partida de huevos, de los cuales nacerían gallinas, y que luego, con el dinero que le diesen por las gallinas, compraría ovejas, y así fue comprando y vendiendo, siempre con ganancias, hasta que se vio más rica que ninguna de sus vecinas. Luego pensó que, siendo tan rica, podría casar bien a sus hijos e hijas, y que iría acompañada por la calle de yernos y nueras y, pensó también que todos comentarían su buena suerte pues había llegado a tener tantos bienes aunque había nacido muy pobre. Así, pensando en esto, comenzó a reír con mucha alegría por su buena suerte y, riendo, riendo, se dio una palmada en la frente, la olla cayó al suelo y se rompió en mil pedazos. Doña Truhana, cuando vio la olla rota y la miel esparcida por el suelo, empezó a llorar y a lamentarse muy amargamente porque había perdido todas las riquezas que esperaba obtener de la olla si no se hubiera roto. Así, porque puso toda su confianza en fantasías, no pudo hacer nada de lo que esperaba y deseaba tanto.
Vos, señor conde, si queréis que lo que os dicen y lo que pensáis sean realidad algún día, procurad siempre que se trate de cosas razonables y no fantasías o imaginaciones dudosas y vanas. Y cuando quisiereis iniciar algún negocio, no arriesguéis algo muy vuestro, cuya pérdida os pueda ocasionar dolor, por conseguir un provecho basado tan sólo en la imaginación.
Al conde le agradó mucho esto que le contó Patronio, actuó de acuerdo con la historia y, así, le fue muy bien.
Y como a don Juan le gustó este cuento, lo hizo escribir en este libro y compuso estos versos:
-->
En realidades ciertas os podéis confiar,
mas de las fantasías os debéis alejar.



LA LÍRICA CULTA


EL MARQUÉS DE SANTILLANA



                       SERRANILLA VII
Moza tan fermosa
    Non creo las rosas
non vi en la frontera,
de la primavera
com'una vaquera
sean tan fermosas
de la Finojosa.
nin de tal manera;
    Faciendo la vía
fablando sin glosa,
del Calatraveño
si antes supiera
a Santa María,
de aquella vaquera
vencido del sueño,
de la Finojosa;
por tierra fraguosa
    non tanto mirara
perdí la carrera,
su mucha beldad,
do vi la vaquera
porque me dejara
de la Finojosa.
en mi libertad.
    En un verde prado
Mas dije: «Donosa
de rosas e flores,
-por saber quién era-,
guardando ganado
¿dónde es la vaquera
con otros pastores,
de la Finojosa?»
la vi tan graciosa,
    Bien como riendo,
que apenas creyera
dijo: «Bien vengades,
que fuese vaquera
que ya bien entiendo
de la Finojosa.
lo que demandades;

non es deseosa

de amar, nin lo espera,

aquesa vaquera

de la Finojosa».
SONETOS FECHOS AL ITÁLICO MODO

VIII 


[En este octavo soneto muestra el actor en como, non embargante su señora o amiga lo hobiese ferido e cativado, que a él non pesaba de la tal presión]


   ¡O dulce esguarde, vida e honor mía,
segunda Elena, templo de beldad,
so cuya mano, mando e señoría
es el arbitrio mío e voluntad!


    Yo soy tu prisionero, e sin porfía
 5
fueste señora de mi libertad;
e non te pienses fuiga tu valía
nin me desplega tal captividad.


    Verdad sea que Amor gasta e dirruye
las mis entrañas con fuego amoroso,
 10
e la mi pena jamás diminuye;


   nin punto fuelgo nin soy en reposo,
mas vivo alegre con quien me destruye;
siento que muero e non soy quejoso.




JORGE MANRIQUE









I



Recuerde el alma dormida,



avive el seso y despierte



contemplando



cómo se pasa la vida,



cómo se viene la muerte



tan callando,






cuán presto se va el placer,



cómo, después de acordado,



da dolor;



cómo, a nuestro parecer,



cualquiera tiempo pasado



fue mejor.



II



Pues si vemos lo presente



cómo en un punto se es ido



y acabado,



si juzgamos sabiamente,



daremos lo no venido



por pasado.





No se engañe nadie, no,



pensando que ha de durar



lo que espera



más que duró lo que vio,



pues que todo ha de pasar



por tal manera.
 

III



Nuestras vidas son los ríos



que van a dar en la mar,



que es el morir,



allí van los señoríos



derechos a se acabar



y consumir;






allí los ríos caudales,



allí los otros medianos



y más chicos,



y llegados, son iguales



los que viven por sus manos



y los ricos.




XVI



   ¿Qué se hizo el Rey Don Juan?



Los Infantes de Aragón



¿qué se hicieron?



¿Qué fue de tanto galán,



qué de tanta invención



que trajeron?






   ¿Fueron sino devaneos,



qué fueron sino verduras



de las eras,



las justas y los torneos,



paramentos, bordaduras



y cimeras?

 
XVII



   ¿Qué se hicieron las damas,



sus tocados y vestidos,



sus olores?



¿Qué se hicieron las llamas



de los fuegos encendidos



de amadores?






   ¿Qué se hizo aquel trovar,



las músicas acordadas



que tañían?



¿Qué se hizo aquel danzar,



aquellas ropas chapadas



que traían?

 


XXVI



   Amigo de sus amigos,



¡qué señor para criados



y parientes!



¡Qué enemigo de enemigos!



¡Qué maestro de esforzados



y valientes!






   ¡Que seso para discretos!



¡Qué gracia para donosos!



¡Qué razón!



¡Qué benigno a los sujetos!



¡A los bravos y dañosos,



qué león!









LA CELESTINA



-->
EL AUTOR, EXCUSÁNDOSE DE SU YERRO EN ESTA OBRA QUE ESCRIBIÓ, CONTRA SÍ ARGUYE E COMPARA

-->
El silencio escuda y suele encubrir

Las faltas de ingenio e las torpes lenguas;

Blasón que es contrario publica sus menguas
Al que mucho habla sin mucho sentir.
Como la hormiga que deja de ir
Holgando por tierra con la provisión,
Jactóse con alas de su perdición:
Lleváronla en alto, no sabe dónde ir.
El aire gozando, ajeno y extraño,
Rapiña es ya hecha de aves que vuelan;

Fuertes más que ella por cebo la llevan:
En las nuevas alas estaba su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No disimulando con los que arguyen;
Así que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas e flacas, nacidas de hogaño.
Donde ésta gozar pensaba volando,
O yo aquí escribiendo cobrar más honor,

De lo uno y lo otro nació disfavor:
Ella es comida y a mí están cortando

Reproches, revistas e tachas. Callando
Obstara los daños de envidia e murmuros;
Insisto remando, y los puertos seguros
Atrás quedan todos ya, cuanto más ando.
Si bien discernís mi limpio motivo,

A cuál se endereza de aquestos extremos,
Con cuál participa, quién rige sus remos:
Amor apacible o desamor esquivo,
Buscad bien el fin de aquesto que escribo,
O del principio leed su argumento.

Leedlo y veréis que, aunque dulce cuento,
Amantes, que os muestra salir de cautivo.

Como el doliente que píldora amarga
O huye o recela o no puede tragar,
Métenla dentro de dulce manjar:
Engáñase el gusto, la salud se alarga.
Desta manera mi pluma se embarga
Imponiendo dichos lascivos, rientes,
Atrae los oídos de penadas gentes:

De grado escarmientan y arrojan su carga.
Este mi deseo cargado de antojos

Compuso tal fin que el principio desata;
Acordó de dorar con oro de lata
El silencio escuda y suele encubrir
Las faltas de ingenio e las torpes lenguas;
Blasón que es contrario publica sus menguas
Al que mucho habla sin mucho sentir.
Como la hormiga que deja de ir
Holgando por tierra con la provisión,
Jactóse con alas de su perdición:
Lleváronla en alto, no sabe dónde ir.
PROSIGUE
El aire gozando, ajeno y extraño,
Rapiña es ya hecha de aves que vuelan;
Fuertes más que ella por cebo la llevan:
En las nuevas alas estaba su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No disimulando con los que arguyen;
Así que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas15 e flacas, nacidas de hogaño.16
PROSIGUE
Donde ésta gozar pensaba volando,
O yo aquí escribiendo cobrar más honor,
De lo uno y lo otro nació disfavor:
Ella es comida y a mí están cortando
Reproches, revistas17 e tachas. Callando
Obstara18 los daños de envidia e murmuros;19
Y así navegando, los puertos seguros
Atrás quedan todos ya, cuanto más ando.
PROSIGUE
Si bien discernís mi limpio motivo,
A cuál se endereza de aquestos extremos,
Con cuál participa, quién rige sus remos:
Amor apacible o desamor esquivo,
Buscad bien el fin de aquesto que escribo,
O del principio leed su argumento.
Leedlo y veréis que, aunque dulce cuento,
Amantes, que os muestra salir de cautivo.
COMPARACIÓN
Como el doliente que píldora amarga
O huye o recela o no puede tragar,
Métenla dentro de dulce manjar:
Engáñase el gusto, la salud se alarga.
Desta manera mi pluma se embarga20
Imponiendo dichos lascivos, rientes,
Atrae los oídos de penadas gentes:
De grado escarmientan y arrojan su carga.
VUELVE A SU PROPÓSITO
Este mi deseo cargado de antojos
Compuso tal fin que el principio desata;
Acordó de dorar con oro de lata
Lo más fino oro que vio con sus ojos
Y encima de rosas sembrar mil abrojos.21
Suplico pues suplan, discretos, mi falta;
Teman groseros y en obra tan alta
O vean y callen, o no den enojos.
PROSIGUE DANDO RAZONES
POR QUE SE MOVIÓ A ACABAR ESTA OBRA
Yo vi en Salamanca la obra presente.
Movíme acabarla por estas razones:
Es la primera que estó22 en vacaciones;
La otra que oí su inventor ser sciente;23
Y es la final, ver ya la más gente
Vuelta e mezclada en vicios de amor.
Estos amantes les pondrán temor
A fiar de alcahueta, ni de mal sirviente.
Y así que esta obra, a mi flaco entender,
Fue tanto breve cuanto muy sutil,
Vi que portaba sentencias dos mil:
En forro de gracias, labor de placer.
No hizo Dédalo24 en su oficio e saber
Alguna más prima entretalladura,25
Si fin diera en esta su propia escritura,
Corta, un gran hombre y de mucho valer.
Jamás no vi sino en terenciana,26
Después que me acuerdo, ni nadie la vido,27
Obra de estilo tan alto y subido
En lengua común vulgar castellana.
No tiene sentencia de donde no mana
Loable a su autor y eterna memoria,
Al cual Jesucristo reciba en su gloria
Por su pasión santa, que a todos nos sana.
AMONESTA A LOS QUE AMAN QUE SIRVAN A DIOS Y DEJEN LAS MALAS COGITACIONES28 E VICIOS DE AMOR
Vosotros que amáis, tomad este ejemplo,
Este fino arnés29 con que os defendáis;
Volved ya las riendas, porque no os perdáis;
Load siempre a Dios visitando su templo;
Andad sobre aviso, no seáis de ejemplo
De muertos y vivos y propios culpados.
Estando en el mundo yacéis sepultados;
Muy gran dolor siento cuando esto contemplo.
FIN
Olvidemos los vicios que así nos prendieron,
No confiemos en vana esperanza;
Temamos Aquel que espinas y lanza,
Azotes y clavos su sangre vertieron;
La su santa faz herida escupieron,
Vinagre con hiel fue su potación,30
A cada santo lado consintió un ladrón.
Nos lleve, le ruego, con los que creyeron.

Acto I

Escena I

CALISTO.- En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios.


MELIBEA.- ¿En qué Calisto?


CALISTO.- En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase y en hacerme el favor de verte en un lugar tan conveniente para descubrirte mi secreto dolor. No creo que exista mayor recompensa al servicio, sacrificio, devoción y obras pías que, por alcanzarla, tengo yo a Dios ofrecidos. ¿Quién ha visto en esta vida cuerpo tan feliz como está ahora el mío? Los benditos santos, que se deleitan en la visión divina, no gozan lo que yo gozo en tu acatamiento. Mas en esto diferimos, por desgracia, que ellos no temen perder su bienaventuranza y yo me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia ha de causarme.


MELIBEA.- Pues un galardón aún mayor te he de dar, si perseveras.


CALISTO.- ¡Oh bienaventuradas orejas mías, que indignamente tan gran palabra habéis oído!


MELIBEA.- Desventuradas serán cuando acabes de oírme, porque la paga será tan fiera cual merece tu loco atrevimiento. El intento de tus palabras, Calisto, ha sido de hombre que pretende salir para perderse en la virtud de una mujer como yo. ¡Vete, vete de ahí, torpe, que no puede mi paciencia tolerar que haya subido a un corazón humano el intento de alcanzar en mí el deleite del amor ilícito!


CALISTO.- Iré como aquel a quien la adversa fortuna atormenta con odio cruel.



El silencio escuda y suele encubrir
Las faltas de ingenio e las torpes lenguas;
Blasón que es contrario publica sus menguas
Al que mucho habla sin mucho sentir.
Como la hormiga que deja de ir
Holgando por tierra con la provisión,
Jactóse con alas de su perdición:
Lleváronla en alto, no sabe dónde ir.
PROSIGUE
El aire gozando, ajeno y extraño,
Rapiña es ya hecha de aves que vuelan;
Fuertes más que ella por cebo la llevan:
En las nuevas alas estaba su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No disimulando con los que arguyen;
Así que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas15 e flacas, nacidas de hogaño.16
PROSIGUE
Donde ésta gozar pensaba volando,
O yo aquí escribiendo cobrar más honor,
De lo uno y lo otro nació disfavor:
Ella es comida y a mí están cortando
Reproches, revistas17 e tachas. Callando
Obstara18 los daños de envidia e murmuros;19
Y así navegando, los puertos seguros
Atrás quedan todos ya, cuanto más ando.
PROSIGUE
Si bien discernís mi limpio motivo,
A cuál se endereza de aquestos extremos,
Con cuál participa, quién rige sus remos:
Amor apacible o desamor esquivo,
Buscad bien el fin de aquesto que escribo,
O del principio leed su argumento.
Leedlo y veréis que, aunque dulce cuento,
Amantes, que os muestra salir de cautivo.
COMPARACIÓN
Como el doliente que píldora amarga
O huye o recela o no puede tragar,
Métenla dentro de dulce manjar:
Engáñase el gusto, la salud se alarga.
Desta manera mi pluma se embarga20
Imponiendo dichos lascivos, rientes,
Atrae los oídos de penadas gentes:
De grado escarmientan y arrojan su carga.
VUELVE A SU PROPÓSITO
Este mi deseo cargado de antojos
Compuso tal fin que el principio desata;
Acordó de dorar con oro de lata
Lo más fino oro que vio con sus ojos
Y encima de rosas sembrar mil abrojos.21
Suplico pues suplan, discretos, mi falta;
Teman groseros y en obra tan alta
O vean y callen, o no den enojos.
PROSIGUE DANDO RAZONES
POR QUE SE MOVIÓ A ACABAR ESTA OBRA
Yo vi en Salamanca la obra presente.
Movíme acabarla por estas razones:
Es la primera que estó22 en vacaciones;
La otra que oí su inventor ser sciente;23
Y es la final, ver ya la más gente
Vuelta e mezclada en vicios de amor.
Estos amantes les pondrán temor
A fiar de alcahueta, ni de mal sirviente.
Y así que esta obra, a mi flaco entender,
Fue tanto breve cuanto muy sutil,
Vi que portaba sentencias dos mil:
En forro de gracias, labor de placer.
No hizo Dédalo24 en su oficio e saber
Alguna más prima entretalladura,25
Si fin diera en esta su propia escritura,
Corta, un gran hombre y de mucho valer.
Jamás no vi sino en terenciana,26
Después que me acuerdo, ni nadie la vido,27
Obra de estilo tan alto y subido
En lengua común vulgar castellana.
No tiene sentencia de donde no mana
Loable a su autor y eterna memoria,
Al cual Jesucristo reciba en su gloria
Por su pasión santa, que a todos nos sana.
AMONESTA A LOS QUE AMAN QUE SIRVAN A DIOS Y DEJEN LAS MALAS COGITACIONES28 E VICIOS DE AMOR
Vosotros que amáis, tomad este ejemplo,
Este fino arnés29 con que os defendáis;
Volved ya las riendas, porque no os perdáis;
Load siempre a Dios visitando su templo;
Andad sobre aviso, no seáis de ejemplo
De muertos y vivos y propios culpados.
Estando en el mundo yacéis sepultados;
Muy gran dolor siento cuando esto contemplo.
FIN
Olvidemos los vicios que así nos prendieron,
No confiemos en vana esperanza;
Temamos Aquel que espinas y lanza,
Azotes y clavos su sangre vertieron;
La su santa faz herida escupieron,
Vinagre con hiel fue su potación,30
A cada santo lado consintió un ladrón.
Nos lleve, le ruego, con los que creyeron.


 SIGLO DE ORO

LA LÍRICA RENACENTISTA
FRAY LUIS DE LEÓN
Denunciado a la Inquisición y acusado de haber traducido un texto de la Biblia: el Cantar de los Cantares. Permaneció en la cárcel casi cinco años. 

Fragmento del Cantar de los Cantares


La Amada

1:2 ¡Que me bese ardientemente con su boca! 

Porque tus amores son más deliciosos que el vino; 

1:3 sí, el aroma de tus perfumes es exquisito, 

tu nombre es un perfume que se derrama: 

por eso las jóvenes se enamoran de ti. 
1:4 Llévame contigo: ¡corramos! 
El rey me introdujo en sus habitaciones: 
¡gocemos y alegrémonos contigo, 
celebremos tus amores más que el vino! 
¡Cuánta razón tienen para amarte! 


La hermosura de la Amada

1:5 Soy morena, pero hermosa, 

hijas de Jerusalén, 

como los campamentos de Quedar, 

como las carpas de Salmá. 

1:6 No se fijen en mi tez morena: 
he sido tostada por el sol. 
Los hijos de mi madre se irritaron contra mí, 
me pusieron a cuidar las viñas, 
¡y a mi propia viña no la pude cuidar!


Ansiosa interpelación al Amado ausente

1:7 Dime, amado de mi alma, 

dónde llevas a pastar el rebaño, 

dónde lo haces descansar al mediodía, 

para que yo no ande vagando 

junto a los rebaños de tus compañeros. 
Respuesta de los pastores


Coro

1:8 Si tú no lo sabes, 

¡la más bella de las mujeres! 

sigue las huellas del rebaño 

y lleva a pastar tus cabritos 

junto a las cabañas de los pastores.

Elogio de la Amada

El Amado

1:9 Yo te comparo, amada mía,

a una yegua uncida al carro del Faraón. 

1:10 ¡Qué hermosas son tus mejillas entre los aros 

y tu cuello entre los collares! 

1:11 Te haremos pendientes de oro, 
con incrustaciones de plata.

Elogio del Amado

La Amada

1:12 Mientras el rey está en su diván, 

mi nardo exhala su perfume. 

1:13 Mi amado es para mí una bolsita de mirra 

que descansa entre mis pechos. 

1:14 Mi amado es para mí un racimo de alheña 
en las viñas de Engadí.

Expresiones de amor mutuo

El Amado

1:15 ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! 

¡Tus ojos son palomas!

La Amada

1:16 ¡Qué hermoso eres, amado mío, 

eres realmente encantador! 

¡Qué frondoso es nuestro lecho! 

1:17 Las vigas de nuestra casa son los cedros 

y nuestro artesonado, los cipreses.


El Amado

2:2 Como un lirio entre los cardos 

es mi amada entre las jóvenes.


La Amada

2:3 Como un manzano entre los árboles silvestres, 

es mi amado entre los jóvenes: 

yo me senté a su sombra tan deseada 

y su fruto es dulce a mi paladar. 

2:4 Él me hizo entrar en la bodega 
y enarboló sobre mí la insignia del Amor. 
2:5 Reconfórtenme con pasteles de pasas, 
reanímenme con manzanas, 
porque estoy enferma de amor.


La apacible unión de los enamorados

2:6 Su izquierda sostiene mi cabeza

y con su derecha me abraza.


El Amado

2:7 ¡Júrenme, hijas de Jerusalén, 

por las gacelas y las ciervas del campo, 

que no despertarán ni desvelarán a mi amor, 

hasta que ella quiera!

La Amada

7:12 ¡Ven, amado mío, 

salgamos al campo! 

Pasaremos la noche en los poblados; 

7:13 de madrugada iremos a las viñas, 

veremos si brotan las cepas, 

si se abren las flores, 
si florecen las granadas... 
Allí te entregaré mi amor. 
7:14 Las mandrágoras exhalan su perfume, 
los mejores frutos están a nuestro alcance: 
los nuevos y los añejos, amado mío, 
los he guardado para ti.

 
Arriba
 LA NARRATIVA RENACENTISTA

LA NOVELA BIZANTINA
Fuentes:
Aventuras de Leucipa y Clitofonte, Aquiles Tacio. Se cuentan los viajes y aventuras, a lo largo y ancho de Mediterráneo, de dos jóvenes enamorados que deben luchar para alcanzar su felicidad. 
Aquiles Tacio. Escritor natural de Alejandría, Imperio Bizantino (parte oriental del antiguo Imperio Romano) del s. II.  

 Primera novela bizantina de la literatura española:
 Los amores de Clareo y Florisea (Venecia, 1552), Alonso Núñez de Reinoso. Clareo y Florisea se prometen en matrimonio, pero salen a la calle como si fueran hermanos. Se prometen que si en un año siguen enamorados se casarán. (Este amor casto y la apariencia de hermanos es repetida en la novela bizantina. Es el mismo motivo del Persiles y Sigismunda de Cervantes). Estos personajes hacen un peregrinaje por el mar hasta que aparecen unos piratas que los apresan. Clareo consigue escapar y más tarde Florisea, siguiendo sus aventuras de forma separada. En Alejandría se reencuentran y vuelven a ser atacados y separados por unos bandidos. Florisea cree que ha muerto Clareo, quien está siendo cortejado por una viuda que quiere casarse con él. En el séquito de la viuda se encuentra Florisea, y tras sus aventuras y sus sentimientos deciden casarse.
Alonso Núñez de Reinoso. Es poco lo que se sabe sobre él. Era de origen judío, nació en Guadalajara y estudió en Salamanca. Como tantos españoles, viajó a Italia. Allí publicó esta obra. Es una imitación, honradamente confesada por su autor, de Leucipa y Clitofonte.

                                                      LA NOVELA PASTORIL
Primera novela pastoril de la literatura española:
Los siete libros de la Diana (1559), Jorge de Montemayor. Según el propio autor, el planteamiento de la obra es como sigue: En los campos de la principal y antigua ciudad de León, riberas del río Esla, hubo una pastora, llamada Diana, cuya hermosura fue extremadísima sobre todas las de su tiempo. Esta quiso y fue querida en extremo de un pastor, llamado Sireno; en cuyos amores hubo toda la limpieza y honestidad posible. Y en el mismo tiempo, la quiso más que a sí otro pastor llamado Sylvano, el qual fue de la pastora tan aborrecido que no había cosa en la vida a quien peor quisiese. Sucedió, pues, que como Sireno fuese forzadamente fuera del reino, a cosas que su partida no podía excusarse, y la pastora quedase muy triste por su ausencia, los tiempos y el corazón de Diana se mudaron; y ella se casó con otro pastor llamado Delio, poniendo en olvido al que tanto había querido. El cual, viniendo después de un año de ausencia, con gran deseo de ver a su pastora, supo antes que llegase como era ya casada.
Jorge de Montemayor (1520-1561). Adoptó como nombre el de su lugar de nacimiento, Montemor, ciudad de Portugal. Se ha especulado sobre su origen judío, pero no hay nada probado. Fue músico en las cortes de Portugal y de Castilla. Los últimos años de su vida los pasó en Italia. Se piensa que murió asesinado por un amigo en una reyerta causada por un asunto de celos.

LA NOVELA MORISCA
Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa (1565).
Esta breve novela relata la historia del moro Abindarráez y el cristiano Rodrigo de Narváez. La acción discurre en el siglo XV y era un momento de relativa paz, después de la toma de Antequera, antes de que se retomase la conquista de Granada. El moro Abindarráez, noble y heroico Abencerraje granadino, se dirige a casarse con la hermosa Jarifa. No obstante, en el camino se encuentra con Don Rodrigo de Narváez, alcalde cristiano de Antequera y Álora. Luchan en singular combate, siendo ambos valientes pero, debido a que el cristiano "venía de refresco" y el moro estaba cansado y herido, Abindarráez cae prisionero.
Éste le cuenta su historia: que es "Abindarráez el mozo, de los Abencerrajes de Granada". Le dice que está enamorado de la hermosa Jarifa, siendo esos amores contrariados por el padre de ella. También añade que ella le había mandado aviso de que fuera a visitarla a Coín, que su padre se había ido a Granada, y hacia allá iba, de Cártama a Coín, a casarse con ella, cuando cayó prisionero del cristiano. Entonces Rodrigo de Narváez, "espantado y apiadado", le ofrece ponerle en libertad para que pueda ir a casarse con Jarifa si, a cambio, regresa a su prisión al tercer día. Abindarráez se lo promete y Rodrigo le deja marchar. Ese mismo día llega a Coín y se casa con Jarifa. A la mañana siguiente, apenado, le cuenta a Jarifa que debe marcharse por la promesa. Ella intenta convencerle para que no se vaya, diciendo que envíe a cambio un rescate, que seguramente Rodrigo de Narváez quedará satisfecho de este modo. Pero Abindarráez se niega y le dice que debe regresar, a lo que ella responde que "nunca Dios quiera que, yendo vos a ser preso, quede yo libre, pues no lo soy", decidiendo entonces marchar juntos a Álora. Llegados de nuevo a poder de Rodrigo, este intercede ante el rey de Granada para que el padre de Jarifa los perdone. Además, él mismo les da regalos y les deja irse.



LA LITERATURA ESPAÑOLA DESDE 1939 HASTA NUESTROS DÍAS

LITERATURA DE POSGUERRA

LEÓN FELIPE (Zamora, 1884-México, 1968)
Oh, este dolor,
este dolor de no tener ya lágrimas;
este dolor
de no tener ya llanto
para regar el polvo.
¡Oh, este llanto de España,
que ya no es más que arruga y sequedad...
mueca,
enjuta congoja de la tierra,
bajo un cielo sin lluvias,
hipo de cigüeñal
sobre un pozo vacío,
mecanismo, sin lágrimas, del llanto!
¡Oh, esta mueca española,
esta mueca dramática y grotesca!
            
Llanto seco del polvo
y por el polvo...
por el polvo de todas las cosas acabadas de España
por el polvo de todos los muertos
y de todas las ruinas de España...
por el polvo de una casta
perdida ya en la Historia para siempre!
            
Llanto seco del polvo
y por el polvo. Por el polvo
de una casa sin muros,
de una tribu sin sangre,
de unas cuencas sin lágrimas,
de unos surcos sin agua...
Llanto seco del polvo
por el polvo que no se juntará ya más,
ni para construir un adobe
ni para levantar una esperanza.
¡Oh!, polvo amarillo y maldito
que nos trajo el rencor y el orgullo
de siglos
y siglos
y siglos...
Porque este polvo no es de hoy,
ni nos vino de fuera:
somos todos desierto y africanos.
            
.................................................

Tierra arenosa sin riego,
carne estrujada sin llanto,
polvo rebelde de rocas rencorosas
y lavas enemigas,
átomos amarillos y estériles
del yermo,
aristas vengativas,
arenal de la envidia. ..
esperad ahí secos y olvidados
hasta que se desborde el mar.
                                               (El hacha, 1939)

 LUIS ROSALES (Granada,1910-Madrid,1992)

DE CÓMO FUE GOZOSO EL NACIMIENTO DE DIOS NUESTRO SEÑOR



¡Morena por el sol de la alegría,

mirada por la luz de la promesa,

jardín donde la sangre vuela y pesa,

inmaculada tú, Virgen María! 



¿Qué arroyo te ha enseñado la armonía

de tu paso sencillo, qué sorpresa

de vuelo arrepentido y nieve ilesa,

junta sus manos en el alba fría? 



¿Qué viento turba el monte y le conmueve?

Canta su gozo el alba desposada,

calma su angustia el mar, antiguo y bueno. 



La Virgen, a mirarle no se atreve,

y el vuelo de su voz arrodillada

canta al Señor que llora sobre el heno. 

                                                                           (Retablo sacro del nacimiento del Señor, 1940)

BLAS DE OTERO (Bilbao, 1916-Madrid, 1979)
“Conmigo está mi dueño,

leyendo su lectura silenciosa.

Mi dueño es muy pequeño,

mas tiene voz de rosa

cuando del alma el canto le rebosa.


Leyendo está mi amigo,

y yo con él, penando, vivo y muero.

“A solas, sin testigo”,

así es como le quiero,

hablándome un sentido muy de vero.


Con este frailecico,

el alma se recoge y empavesa;

¡qué importa si es tan chico,

si el alma es la que besa

y amigos son sus labios de Teresa!


Con ella, y con su voce,

no quiero otro coloquio, por ventura.

En ella está mi goce;

con ella, la Hermosura

de amor me da la fiebre y calentura.


Que si ella es, castellana

de Dios, lo que del mundo yo más quiero,

él tiene una fontana

tan rica de venero,

que en ella me adolezco y peno y muero.


Por ella yo quisiera

dormirme entre los brazos del Esposo,

muriendo de manera

tan alta, y silencioso,

que abriérame este pecho que reboso”.
 “Cántico espiritual”, 1942

LEOPOLDO PANERO (León, 1909-1962)
SONETO

Señor, el viejo tronco se desgaja, 

el recio amor nacido poco a poco, 

se rompe. El corazón, el pobre loco, 

está llorando a solas en voz baja, 
 

del viejo tronco haciendo pobre caja 

mortal. Señor, la encina en huesos toco 

deshecha entre mis manos, y Te invoco 

en la santa vejez que resquebraja 


su noble fuerza. Cada rama, en nudo, 

era hermandad de savia y todas juntas 

daban sombra feliz, orillas buenas. 


Señor, el hacha llama al tronco mudo, 

golpe a golpe, y se llena de preguntas 

el corazón del hombre donde suenas. 

GABRIEL CELAYA (Hernani, 1911-Madrid, 1991)
La ciudad es de goma lisa y negra

pero con boquetes de olor a vaquería,

y a almacenes de grano, y a madera mojada,

y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.



Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos

hay bruscos bocinazos que deshinchan

mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;

pero escribiría un poema perfecto

si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos. - See more at: http://www.poemaspoetas.com/gabriel-celaya/aviso#sthash.ne8izFO2.dpuf
La ciudad es de goma lisa y negra

pero con boquetes de olor a vaquería,

y a almacenes de grano, y a madera mojada,

y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.



Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos

hay bruscos bocinazos que deshinchan

mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;

pero escribiría un poema perfecto

si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos. - See more at: http://www.poemaspoetas.com/gabriel-celaya/aviso#sthash.ne8izFO2.dpuf
La ciudad es de goma lisa y negra

pero con boquetes de olor a vaquería,

y a almacenes de grano, y a madera mojada,

y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.



Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos

hay bruscos bocinazos que deshinchan

mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;

pero escribiría un poema perfecto

si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos. - See more at: http://www.poemaspoetas.com/gabriel-celaya/aviso#sthash.ne8izFO2.dpuf
 AVISO
La ciudad es de goma lisa y negra,
pero con boquetes de olor a vaquería,
y a almacenes de grano, y a madera mojada,
y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.

Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos,
hay bruscos bocinazos que deshinchan
mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;
pero escribiría un poema perfecto
si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos.
                                                 (Tranquilamente hablando, 1947)
La ciudad es de goma lisa y negra

pero con boquetes de olor a vaquería,

y a almacenes de grano, y a madera mojada,

y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.



Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos

hay bruscos bocinazos que deshinchan

mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;

pero escribiría un poema perfecto

si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos. - See more at: http://www.poemaspoetas.com/gabriel-celaya/aviso#sthash.ne8izFO2.dpuf



 Pablo García Baena (Córdoba, 1923)



Sólo tu amor y el agua



" Sólo tu amor y el agua....Octubre junto al río 

bañaba los racimos dorados de la tarde, 
y aquella luna odiosa iba subiendo, clara, 
ahuyentando las negras violetas de la sombra. 
Yo iba perdido, náufrago por mares de deseo, 
cegado por la bruma suave de tu pelo. 
De tu pelo que ahogaba la voz en mi garganta 
cuando perdía mi boca en sus horas de niebla. 
Sólo tu amor y el agua.....El río, dulcemente, 
callaba sus rumores al pasar por nosotros, 
y el aire estremecido apenas se atrevía 
a mover en la orilla las hojas de los álamos. 
Sólo se oía, dulce como el vuelo de un ángel 
al rozar con sus alas una estrella dormida, 
el choque fugitivo que quiere hacerse eterno, 
de mis labios bebiendo en los tuyos la vida. 
Lo puro de tus senos me mordía en el pecho 
con la fragancia tímida de dos lirios silvestres, 
de dos lirios mecidos por la inocente brisa 
cuando el verano extiende su ardor por las colinas. 
La noche se llenaba de olores de membrillo, 
y mientras en mis manos tu corazón dormía, 
perdido, acariciante, como un beso lejano, 
el río suspiraba..... 
Sólo tu amor y el agua... "


CARLOS EDMUNDO DE ORY (Cádiz, 1910-Francia, 2010)
ESPAÑA MÍSTICA
Cerro lomo inmenso tímpano doliente
y en las perchas de los árboles
las casacas de los ángeles se pudren
Pones puertas al desierto
pantalones al espíritu
Lava un poco tu esqueleto con jabón
De los muertos muertos de hambre
pararrayos de oraciones
el ciprés

Tengo sed de alcantarillas
y de cerveza bendita
Dame prisión de campanas
con tus rosarios mohosos
Con tus capas de torero
hazme un traje funerario
un sudario de primera
Y en mi tumba pon mañana
un cocido de garbanzos con chorizo

Fiesta digna de matracas y cohetes
Oh mi España de peluca y de tomate
Matricúlame de muerto en la alcaldía
y celebra un carnaval de escapularios
ese día noche alba o madrugada
                                                                                                       (1960)

La ciudad es de goma lisa y negra

pero con boquetes de olor a vaquería,

y a almacenes de grano, y a madera mojada,

y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.



Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos

hay bruscos bocinazos que deshinchan

mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;

pero escribiría un poema perfecto

si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos.
- See more at: http://www.poemaspoetas.com/gabriel-celaya/aviso#sthash.ne8izFO2.dpuf
    ACTIVIDADES

LAZARILLO DE TORMES